jueves, 10 de junio de 2010

LA ZONA DE URIREO Y LOS AGUSTINOS

Los cristeros que salieron de Salvatierra eran en su mayoría campesinos y algunos obreros. Como dice don Francisco Jiménez: “eran gente pobre de las rancherías”. El pueblo consideraba a los cristeros como héroes: “por el valor de haber dejado a su familia y marchado a pelear por sus ideales”. Como ejemplo, está un cristero de nombre Gumersindo López, originario del poblado de Presitas, que como muchos otros, abandonó a su familia y se fue a pelear por la causa. Los cristeros se fueron a pelear con “todos los que andaban en el Cerro de los Agustinos”. Este lugar se ubica en el poblado de Urireo, entre Salvatierra y Tarimoro, y constituía un sitio donde los rebeldes bajaban a comer y abastecerse de víveres para subsistir en la sierra montañosa (Entrevista a Francisco Jiménez,2005)
Precisamente, en el año de 1927, en Urireo se llevó a cabo “uno de los combates más encarnizados”, en los parajes conocidos como Monte Prieto y Rosas Blancas. Los federales, con el apoyo de las defensas rurales, derrotaron a los cristeros y dieron muerte a Susano Ramírez, cabecilla de éstos, así como a la gente que luchaba con él (Ruiz, 1976).
En ocasiones los cristeros llegaron a entrar a la cabecera municipal, pero de manera pacífica, ya que dentro de la ciudad ni siquiera llegaron a enfrentarse con los federales. Algunos de estos rebeldes llevaban en su indumentaria un letrero en un listón que decía:
“Dentente bala, el Sagrado Corazón de Jesús está conmigo”.
Además de los gritos que los caracterizaban: “¡Viva Cristo Rey, viva la Virgen de Guadalupe, viva la iglesia!” (Entrevista a Francisco Vera, 2005).
En Salvatierra existía un comité de mujeres que periódicamente pedían dinero tanto para la manutención de los cristeros como de los sacerdotes. Lo recolectaban “tocando de casa en casa” y luego se lo hacían llegar a los cristeros para que compraran armas y alimento (Entrevistas a Francisco Vera y Francisco Jiménez, 2005).
 
 

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